La escleroterapia es un tratamiento médico, en el que se introduce una sustancia esclerosante en el lumen de la vena enferma, con el objetivo de crear daño de la pared venosa que conduce a la oclusión o cierre del vaso. La acción  de las soluciones esclerosantes es la de producir daño endotelial (endosclerosis) que causa endofibrosis. La extensión del daño a la pared del vaso sanguíneo determina la eficacia de la solución. La consecuencia inmediata de la acción del agente esclerosante sobre la variz va a ser la irritación del endotelio y la producción de una trombosis endoluminal. Si la agresión endotelial afecta a toda la superficie de la variz, se  producirá una evolución hacia la fi brosis.
En 1851, Pravaz intentó, sin éxito, el tratamiento de aneurismas con escleroterapia.
Después de 1853 se realizó el tratamiento de las varices con inyección de un derivado de yodo, pero a expensas de graves efectos secundarios.
El inicio de la moderna escleroterapia data de 1916 cuando Linser en Alemania y Sicard en Francia descubren el efecto esclerosante del novarsenobenzol usado en el tratamiento de la sífi lis. El hecho de que la inyección de este producto en las venas de las manos produjese una oclusión de las mismas, motivó que la inyección se llegara a realizar en algunos casos en las varices de los miembros inferiores, con lo que éstas llegaban a ocluirse y posteriormente a fi brosarse. Algunos estudios recientes muestran como la esclerosis de varices es el resultado de un fenómeno inflamatorio y lesional que comenzando en la pared, se dirige hacia la luz venosa y estimula de forma secundaria una parte de los mecanismos de la coagulación. Tras la inyección intravenosa, el agente esclerosante entra en contacto con el endotelio lesionándolo, descamando sus células hacia la luz y exponiendo el colágeno a los factores de coagulación y a las plaquetas.

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