Los vasos linfáticos fueron descubiertos en forma casual en 1622 por Gaspar Aselius en una intervención quirúrgica para demostrar los nervios recurrentes en el perro; al punzar el vaso blanquecino más grueso, drenó un líquido lechoso. Su libro se publicó posteriormente en 1627. La demostración de los linfáticos en seres humanos la logró un Juez, Nicolas de Peirese, quien confirmó los hallazgos de Aselius, al realizar la necropsia de un reo, 90 minutos después de su ejecución, a quién alimentaron convenientemente denominándolos "Lactei Venis" Jean Pecquet en 1654 comprobó que los linfáticos vaciaban su contenido a un receptáculo y de allí, el canal toráxico conducía la linfa hacia el sistema venoso, drenando en la unión de la vena yugular con la subclavia. De aquí en adelante cientos de investigadores realizaron trabajos sobre el Sistema Linfático, pudiendo definir cinco etapas fundamentadas en la evolución de su estudio:
Descubrimiento de los linfáticos por Aselius en 1622, etapa puramente anatómica.
Inicio de su estudio en seres vivos a través de la radiología (1930-31) con los trabajos de Furaoka en Japón y Carvalho, Rodriguez y Souza Pereira en Portugal.
Descubrimiento del azul patente, para el estudio de los linfáticos por Hudack y Mc Master en 1933.
Marcada por el excepcional trabajo de Kinmonth en Inglaterra, que dio inició a la era moderna de la Linfografía.
Marcada por el descubrimiento del contraste liposoluble con Hreshchyshyn, Wallace y Fisher y colaboradores.
Desde su descripción inical en el siglo XVII, el sistema linfático probablemente nunca ha recibido tanta atención científica durante la última década. Siendo el segundo sistema vascular que se encuentra en los vertebrados superiores, además de la vasculatura sanguínea, que tiene varias funciones vitales, incluyendo la regulación de la presión del tejido, la vigilancia inmune y la absorción de la grasa de la dieta en el intestino. El interés en la investigación básica linfático fue impulsado por la creciente evidencia de que el sistema linfático también contribuye a una serie de enfermedades, tales como el linfedema, la metástasis del cáncer y diferentes trastornos inflamatorios. El descubrimiento de diversos marcadores moleculares que permiten la distinción de los vasos sanguíneos y linfáticos, junto con la disponibilidad de un número creciente de ensayos in vitro y en modelos in vivo para estudiar diversos aspectos de la biología linfático, ha permitido un enorme progreso en nuestra comprensión del desarrollo y la función del sistema linfático.

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