Varices son todas aquellas venas patológicas dilatadas permanentemente, alargadas o tortuosas, con pérdida de elasticidad, engrosamiento de la íntima, independientemente de su tamaño. Las varices son un trastorno muy común, que tiende a afectar más a las mujeres que los hombres. Cualquier vena del organismo puede ser varicosa, pero es más común que se formen varices en las venas superficiales de los miembros inferiores.
Las venas varicosas puedan estar o no asociadas a síntomas, que incluyen dolor, sensación de calambre, prurito de la extremidad afectada, fatiga, pesadez de las piernas, los cuales empeoran a medida que el día avanza. Los signos son evidentes tanto como las telangiectasias, varices reticulares, varicosidades venosas.
En la última década, el aumento de interés por los trastornos venosos ha llevado al desarrollo de nuevas pruebas diagnósticas no invasivas y de opciones de tratamiento mínimamente invasivo, creando grandes avances en el manejo de las venas varicosas.
En la posición de pie la presión venosa a nivel del maléolo puede alcanzar hasta 80 mmHg. debido a la columna de agua que debe sustentar el sistema venoso (presión hidrostática). Durante la actividad física el retorno venoso es facilitado por la contracción de la bomba muscular del aparato soleo-gemelar y plantar, disminuyendo la presión venosa medida a nivel del maléolo. La sobrecarga de volumen, la debilidad de la pared venosa, o la falla de mecanismos valvulares o combinación de estos factores pueden producir una dilatación progresiva de la red del sistema venoso superficial.
Los factores predisponentes son el sexo, antecedentes familiares, raza, actividad laboral, peso, edad, antecedentes de trombosis venosa profunda, y embarazo.
Las várices de los miembros inferiores pueden ser primarias, ósea por falla intrínseca del sistema venoso superficial, siendo el mecanismo más frecuente la falla de la válvula del cayado safeno-femoral. Generando una columna de presión que se transmite en forma retrógrada  comprometiendo sucesivamente distintas válvulas en el trayecto de la vena safena, sus colaterales y comunicantes.
La formación de várices secundarias por otra parte se debe a la sobrecarga del sistema superficial por insuficiencia valvular o por obstrucción de este del sistema venoso profundo, el que en condiciones normales lleva el 85-90% del flujo de retorno de la extremidad.

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