La linfangitis se caracteriza por una inflamación de los vasos linfáticos resultante de una infección bacteriana ya sea estafilococos o estreptococos o por compresión de estos vasos linfáticos por tumores tanto benignos como malignos. Existen diferentes tipos de linfangitis, como por ejemplo la linfangitis reticular, causada por la desplazamiento de las bacterias hacia los vasos linfáticos, que no produce fiebre ni alteración del estado general. A veces esta linfangitis se puede confundir con la flebitis. Sin embargo, una linfangitis reticular también puede ir acompañada de síntomas como fiebre, alteración del estado de salud o edema anormal de los vasos linfáticos. Por último, la linfangitis troncular es otra forma de la enfermedad linfática..
La linfangitis por lo general resulta de una infección aguda de la piel por bacterias o un absceso en la piel o los tejidos blandos. La infección hace que los vasos linfáticos se tornen inflamados y sensibles y puede ser un signo del empeoramiento de una infección que puede
Puede presentar dolor pulsátil a lo largo del área afectada, fiebre entre los 38° y 40° C (100° y 104° F), escalofríos, malestar general, cefalea, pérdida del apetito, dolores musculares, etc.
Una biopsia y un cultivo del área o ganglio afectado pueden revelar la causa de la inflamación. Se pueden hacer hemocultivos para ver si la infección se ha diseminado al torrente sanguíneo.
La linfangitis puede diseminarse en pocas horas, por lo que el tratamiento debe comenzarse lo más rápido posible con antibióticos para tratar cualquier infección subyacente, analgésicos para controlar el dolor, medicamentos antinflamatorios para reducir la inflamación y el edema.
Un tratamiento rápido con antibióticos puede lograr una recuperación completa, aunque la desaparición de la inflamación puede tomar semanas o incluso meses. El tiempo de recuperación varía dependiendo de la causa subyacente.

Hay que evitar las complicaciones como la formación de un absceso, celulitis, sepsis, etc

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